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- 3 oct 2020
- 5 Min. de lectura

La historia del color negro

Julia Hernández Monterde

Antes de haber algo, hubo nada. En numerosas culturas alrededor del mundo este inicio está representado por un mismo color: “negro”. En la psique del ser humano, este color parece ser el origen de todo lo demás, por ejemplo, dentro de la cultura occidental, en la Biblia la oscuridad precedió a la creación de la luz y en la Antigua Grecia la diosa de la noche Nyx, hija del Caos primordial, es acompañada siempre de la negra oscuridad. En varias culturas de Asia encontramos un significado similar, el negro representa el desorden antes de la aparición de todo lo demás, un estado necesario para la creación de la vida. En América del Norte, los hopi consideraban el color negro como la suma de todos los demás colores, característica que comparte con la tradición hindú. El negro es entonces el color de la nada y el todo, del inicio y del fin.

Un color ambivalente.

Desde siempre el negro ha tenido un doble significado, es un representante de lo místico y poderoso pero también de aquello a lo que desconocemos y por ende tememos. El negro es el color de la tierra fértil para los Uruk de Sudán, además diversas divinidades de la fertilidad eran representadas en negro como es el caso de la diosa egipcia Isis. Pero también es el color de la muerte, nuevamente en Egipto el dios guardián del inframundo, Anubis, es un chacal negro. Durante la Edad Media en Europa en color negro desarrolló la mala fama que hasta ahora asociamos con él al volverse el color acompañante del diablo, basta con ver las representaciones medievales del diablo donde aparece siempre con una combinación de rojo y negro.

El negro es el nuevo negro.

Los pigmentos negros han sido creados desde el Neolítico con la combustión de diversas materiales de origen vegetal, animal o mineral, cada uno dando diferentes tonalidades. Algunos ejemplos son el negro de carbón, el negro de vid y el negro de hueso, este último con una variante de las más codiciadas, extraído de los colmillos de elefante y conocido como negro de marfil. Pero estos pigmentos no servían para ser aplicados en la tela ya que a diferencia de los colorantes no se quedan fijados de manera permanente. Si bien el color negro era un color ceremonial empleado en otras culturas en el mundo occidental la superstición medieval llegó a afectar hasta en la producción de tintes negros por lo que la ropa negra no era común en aquél entonces. El único material disponible para teñir de negro en aquél entonces era el nogal, mas este árbol era considerado diabólico en Europa por lo que terminó por no desarrollarse el teñido de textiles negros a diferencia de otros colores. No fue hasta que con la aparición de leyes que regulaban el uso de colores en la ropa según las clases sociales, aquellos con dinero pero sin título nobiliario exigieron la creación de telas con mejores y más variados negros recalcando que el negro y el rojo, otrora segregados podían servir para denotar estatus y poder dada la dificultad para obtener teñidos uniformes.

Negro sobre blanco

El blanco y el negro ya se representaban el equilibrio del mundo en partes de Asia como en Indonesia y en China, por ello no es de sorprender que el contraste creado entre la tienta negra y el papel blanco fuera considerado un arte sumamente importante. La tinta que ahora conocemos como tinta china se desarrolló en un inicio para el arte de la caligrafía y más adelante se extendió al dibujo. Para hacer esta tinta se utilizaba el hollín que dejan las lámparas de aceite mezclado con cola de animal, se elaboraban así bloques que solo hacía falta diluir en agua conforme se iba necesitando con ayuda de un mortero especial también llamado “piedra de tinta”, considerado como uno de los cuatro tesoros de la pintura tradicional china. En Europa la tinta que se utilizaba para los manuscritos solía ser más bien café, derivada de limadura de hierro y extracto de nogal y otras plantas, no fue hasta la imprenta que se desarrolló una viscosa tinta de un profundo color negro. El blanco y el negro se vuelven así los colores representativos de la modernidad y regresaran continuamente como con la máquina de vapor, la fotografía y el cine.

El fin del color negro

Newton, conocido científico y alquimista, tocó varios campos de la física y la matemática durante su vida, revolucionando el entendimiento que tenemos del mundo en su totalidad. Uno de sus trabajos que más impacta en el ámbito del estudio de los colores es el del espectro visible de la luz. Haciendo una serie de experimentos con prismas y rayos de luz, Newton logró descomponer la luz blanca en un espectro continuo que contenía todos los colores. Queda claro así el origen del color, y su estrecha relación con la luz. Un objeto se ve de cierto color pues absorbe todas las longitudes de onda excepto la del color que deja ver que es reflejada. De esta forma el blanco, la mezcla de todos los colores y el negro, la ausencia de color, son expulsados del grupo de los colores como tal pasando más adelante a ser usados como luz y sombra.

El negro más negro

Vantablack es el nombre del pigmento más oscuro jamás creado y está en manos de Surrey NanoSystems en Inglaterra. Este material puede absorber la mayor cantidad de luz posible, aproximadamente el 99.9% de la luz es absorbida por este material en términos científicos, el vantablack es hasta el momento el verdadero color negro que existe. Este material es como si se creara un cuerpo negro, un objeto que absorbe toda la radiación que le llega y la radiación que nos interesa en este caso es la luz visible. En realidad no existen los cuerpos negros perfectos y lo único que podemos hacer es intentar acercarnos al límite. Esto es lo que hace el Vantablack. Se trata básicamente de una superficie hecha de pequeños tubos de carbono (nanotubos, para los amigos) alineados como un bosque. La luz que incide sobre el nuevo material entra en el laberinto creado por estos tubos, reflejándose una y otra vez sobre sus paredes, de forma que la luz que sale finalmente sea mínima.

Anish Kapoor vs. The World

Las aplicaciones del Vantablack en el campo de la ciencia son de lo más variadas pero también hay oportunidad de utilizarlo para crear arte. Anish Kapoor, artista británico, no perdió el tiempo y se hizo con los derechos artísticos de este nuevo pigmento. Esto causó diversas reaccione pero sin duda la que llamó más la atención es la del también británico Stuart Semple quien es conocido por sus coloridas obras y por crear sus propios pigmentos. Así Stuart y un grupo de artistas alrededor del mundo se han dado a la tarea de crear una línea de pigmentos accesibles a todos, excepto Anish Kapoor. Así nacieron colores como el Rosa Más Rosa, el Verde Más Verde y finalmente BLACK. Aunque este último no llega a la negrura del Vantablack su resultado es bastante bueno y el mensaje que envía claro y fuerte. Tendremos más tiempo para seguir hablando del color que no es color.