Por: José Daniel Moo Vergara
Todo lo que observamos, lo que sentimos y lo que concebimos es una construcción propia de la realidad; es en la mente donde se origina el cómo pensamos un objeto o el cómo representamos un fenómeno natural percibido por los sentidos. La realidad que conocemos es una representación simbólica en nuestra mente. Pero, ¿qué sucede cuando se intenta ir más allá de lo real? ¿Cómo podríamos acceder a lo incomprensible desde nuestra propia concepción? Estas preguntas se trataron de contestar por un grupo de artistas; el mundo del surrealismo tomaría la visión oculta de nuestro ser como papel principal para sobrepasar la concepción de la realidad librándose del dominio de la razón.
El surgimiento del surrealismo.
La revolución industrial del siglo pasado trajo como consecuencia avances donde el desarrollo humano se transformaría de mano de la tecnología y la ciencia, el cambio de paradigma revolucionó la forma de vida. La aceptación de nuevas tecnologías ocasionó el rechazo de lo antiguo y la búsqueda de lo nuevo, esta transición trajo en el arte el periodo de “Vanguardismo” donde nuevas manifestaciones artísticas modernas fueron establecidas a través de respectivos manifiestos y de sus propios estilos pictóricos. Podemos encontrar en esta etapa al Fauvismo, Expresionismo, Cubismo, Futurismo, Dadá y Surrealismo. El nuevo canon proveniente del movimiento de Vanguardia cambió el arte, ahora el artista poseía más libertad expresiva.
Sigmund Freud, padre del psicoanálisis.
De igual modo, esta revolución proveniente del nuevo paradigma trajo a la comunidad científica nuevas corrientes de pensamiento en la visión clásica de la psique humana. Con el avance del psicoanálisis, se empezó a estudiar mediante una ciencia formal el consiente y el subconsciente. La teoría del inconsciente de Freud manifestó que la mayor parte de nuestros pensamientos están en lo más profundo de nuestro ser y éstas pretenderán salir a la superficie en forma de acciones o manifestaciones de sueños.Fue así que se adquirió una nueva manera de entender la conciencia. Con estas ideas presentes y como parte de este periodo vanguardista, se forma en Francia en el año de 1922 el grupo surrealista, con André Breton como su líder.
Como movimiento artístico, la característica principal del surrealismo fue expresar lo inconsciente, así como la manifestación espontánea del pensamiento. Su finalidad era librarse del dominio de la razón para sobrepasar la concepción de la realidad. Las percepciones extravagantes y los elementos fantásticos transformarían la concepción artística de la realidad, esto le daría un aire renovado al arte plástico establecido en ese tiempo.
Un vistazo al surrealismo.
Un artista hace representaciones de objetos o del entorno que le rodea; puede representar a través de un cuadro un paisaje o la imagen de una persona, así mismo una escultura representa las proporciones de un modelo. Todas estas cuestiones tienen similaridad con su punto de referencia donde a cada elemento representado le corresponde un elemento de la realidad en la representación. Pero para los surrealistas, quienes buscaron desprenderse del racionalismo, la realidad del inconsciente era más bella que la realidad del mundo. No limitaron su mundo interior al considerar que ésta era más poderosa que la razón. A través del arte los surrealistas descubrieron el inconsciente, el sueño, la locura, los delirios y las fantasías. El azar también sería una vía para colocar todo el mundo inconsciente del artista.
Gracias a este movimiento apreciaríamos imágenes oníricas en las obras pictóricas de algunos de sus representantes como: René Magritte, Remedios Varo, Leonora Carrington y Salvador Dali (entre otros); en la parte de la fotográfica Kati Horna capturaría acercamientos de rostros e imágenes fuera de foco intencionalmente para producir un efecto de remembranza; sería también un movimiento literario con la poesía de Federico García Lorca; el surrealismo también abarcaría a la cinematografía brindando una potencia visual que cambiaría el panorama cinematográfico presente aún en la industria de nuestra época, “Un perro andaluz (1929) de Salvador Dalí y Luis Buñuel, se crearía a partir de los sueños de cada uno de sus creadores. Buñuel no abandonaría sus inquietudes por el surrealismo. Todo esto solo es muestra de lo que se llevaría a cabo entre más exponentes.
André Breton, el padre del surrealismo.
El surrealismo fue creado por André Breton, un joven estudiante de medicina, muy inventivo y con interés en la poesía, el cual se preparaba para ser psiquiatra al final de la Primera Guerra Mundial. Durante su servicio juvenil trabajó como asistente psiquiátrico en un hospital militar y tuvo ocasión de practicar la psicoterapia con los heridos bajo la tutela del Dr. Leroy, un psiquiatra que le inculcó los escritos de Freud, fue así que se fascinó por este ámbito, en particular por la obra “Die Traumdeutung”, (La interpretación de los sueños). Aquí conoció al poeta Jacques Vache, quien fue un paciente en ese momento. Vache introdujo a Breton en los diversos movimientos poéticos contemporáneos y tuvo una gran influencia en su desarrollo. En 1919, mientras seguía cautivado por las ideas de Freud, Breton estaba comenzando a cambiar sus intereses de la medicina a la literatura.
Breton dejo claro el interés por los sueños, propio de la condición humana de contemplarlos con asombro. Algunas frases dichas por el propio Breton relacionan la importancia de estas nociones: “El mundo del sueño y el mundo real no hacen más que uno” y “Solo el sueño deja al hombre todos los derechos de la libertad”. Es a través de la libertad del sueño que se puede acceder a aquello que permanece oculto.
En 1924, escribe el primer manifiesto surrealista, en el cual destaca a el sueño como una inspiración surrealista; en ésta propone expresar un enfoque carente de cualquier control ejercido por la razón y de las preocupaciones estéticas o morales para alcanzar una completa libertad creativa en el trabajo de cualquier variante, para él éste es el funcionamiento real del pensamiento. La obra da ejemplos de aplicaciones del surrealismo a la poesía y a cualquier circunstancia de la vida.
André y Sigmund.
Sigmund Freud fue la mayor influencia intelectual en el movimiento surrealista, por esta razón André tendría deseos de entablar pláticas con él, sin embargo, las relaciones de Breton con Freud fueron complejas. En octubre de 1921, André viajó a Viena con el único propósito de obtener una entrevista con Freud. La reunión fue decepcionante. Breton tuvo que sentarse en la sala de espera junto a una docena de pacientes, cuando finalmente entró en su estudio, Freud consideró a su visitante como a un poeta más que un científico, veía poca relación entre su investigación y los intereses literarios del joven francés. Breton, cuyo conocimiento de la teoría era en realidad, superficial, tenía poco que interesar al austriaco. Para Freud las técnicas prácticas del psicoanálisis eran los medios de un fin terapéutico, para Breton el objetivo principal debería ser ‘la expulsión del hombre de sí mismo’. Pronto se puso fin a la conversación.
En todo momento, el interés principal de Breton por el psicoanálisis se basó en la teoría de los sueños y su interpretación. Esta preocupación alcanzó su punto máximo en 1932 en Les Vases Communicants (jarrones comunicantes), en este libro describió y analizó algunos de sus propios sueños, enfatizando su significado con respecto a acontecimientos recientes y conflictos en su vida diaria. Fue muy crítico con Freud: “una mente filosófica relativamente ignorante”. Fue en este contexto que se involucró en un intercambio epistolar con Freud que revela la ambivalencia de su idealización. Las cartas de Breton se han perdido, pero las de Freud permanecen.
A pesar de esta aparente falta de interés por parte de Freud, el surrealismo comenzó a desarrollar técnicas artísticas y poéticas que fueron similar a los procedimientos terapéuticos del psicoanálisis.
Dalí y Sigmund Freud
Los surrealistas, como los antiguos artistas del renacimiento, trataron de fusionar arte y ciencia en sus intentos por mostrar el inconsciente al desnudo. A Dalí, la ciencia lo acompañó toda la vida. Al igual que Breton, tuvo bastante admiración por Sigmund Freud, muchas de sus pinturas contienen imágenes que se pueden interpretar a lo largo de líneas analíticas, incluso él escribiría: “Freud es mi padre”. Fue hasta 1938 que lograría visitar a Freud en Londres y le presenta un boceto de un retrato. Freud quedó impresionado por la habilidad técnica de Dalí, pero como en otras ocasiones dijo no entender lo que el artista, o el surrealismo en general, trataban de decir, pero a diferencia de Breton, su admiración parece haber sido correspondida. Después de su encuentro, Freud le escribió a un amigo:
“Hasta entonces, los surrealistas, que al parecer me han elegido como su santo patrón, me parecían unos locos al cien por ciento. Este joven español, con sus cándidos ojos de fanáticos y su innegable maestría técnica, me ha incitado a reconsiderar mi opinión. Se trata, en todo caso, de alguien con serios problemas psicológicos”. S Freud.
Técnicas surrealistas.
Los avances en la técnica psicoanalítica se reflejaron por el desarrollo de las técnicas artísticas surrealistas. Entre estas nuevas técnicas artísticas podemos encontrar la escritura automática, similar a la asociación libre, involucraba al poeta libre de distracciones externas para producir un flujo de palabras e imágenes mediante el juego libre de asociación, sin ningún control consciente. Estas producciones serían más tarde utilizadas como poemas o incorporados en escritos más amplios. También los artistas plásticos utilizaron las estrategias del automatismo en unión a sus experiencias con las técnicas del collage y el ‘frottage’, otro procedimiento surrealista que consistía en obtener la impresión de la forma y textura de un objeto, mediante colocar una hoja sobre dicho objeto y frotar un lápiz o lápices de colores. Ésta última fue creada por Max Ernest.
Por otro lado, la decalcomanía es una técnica pictórica que consiste en aplicar ‘gouache’ de color negro, en cierto porcentaje diluido, sobre una hoja de papel, la cual se recubrirá con otra hoja similar en la que se ejercerá una presión moderada; las hojas se despegan antes de que se sequen. La decalcomanía dejaba al azar las figuras plasmadas. Para los surrealistas, el azar tenía una capacidad reveladora de ver lo que se ocultaba tras las apariencias.
El cadáver exquisito mostraba el inconsciente colectivo de los participantes, en un papel doblado se construye una frase o un dibujo entre varias personas, sin que cada participante sepa qué ha colocado el anterior. El nombre de esta técnica se deriva de la primera oración obtenida de este modo: “Le cadavre exquis boira le vin nouveau” (el cadáver exquisito beberá el vino nuevo).
El método paranoico crítico une elementos aparentemente sin conexión, Dalí desarrolló este método. Para él, el estado paranoico podría inducirse voluntariamente e involucrar al sujeto a percibir imágenes, ideas o eventos como si estuvieran conectados o relacionados con una central idea. Ejemplos de esto se incluyen en muchas imágenes con una doble configuración de las pinturas de Dalí.
El valor del surrealismo.
La importancia de los surrealistas recae en que trajeron a la vista de la sociedad el inconsciente como parte sustancial de la vida cotidiana. Su comprensión está en la relación entre la imagen y el sueño, como una de las vías fundamentales para la liberación de la psique. La marca dejada por este movimiento está presente en todo el arte posterior. Ahora podemos expresar lo que está afuera de la realidad dentro de nuestra propia realidad.
Referencias:
Polizzotti, M., (2009) Revolution of the Mind: The Life of Andre Breton, Boston, United States of America: Black Widow Press.
Esman, A. H. (2011). Psychoanalysis and Surrealism: André Breton and Sigmund Freud. Journal of the American Psychoanalytic Association, 59(1), 173–181. Recuperado de https://doi.org/10.1177/0003065111403146
Breton, A., (2011) Manifiestos del surrealismo. Traducción, prólogo y notas de Aldo Pellegrini, Buenos Aires, Argentina: Editorial Argonauta.
https://fotografica.mx/fotografos/kati-horna/
Breton, A., & Éluard, P., (1938) Dictionnaire abrégé du surréalisme, France, París: Ed. José Corti.
González Madrid, M. J., (2018) El ‘arte mágico surrealista’ en la obra de Remedios Varo, Bulletin of Spanish Studies, 95:5, 511-532, DOI: 10.1080/14753820.2018.1497343
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